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25.6.10

LOS DESEOS PRIMARIOS DE TODAS LAS PERSONAS SON:
1 SALUD 2 DINERO 3 AMOR

Una forma de lograr estos objetivos es siendo rico y próspero. Así como hay personas pobres y personas ricas hay países pobres y países ricos. La diferencia entre los países pobres y los ricos no es su antigüedad. Esto queda demostrado poniendo como ejemplos a países como la India y Egipto que tienen mil años de antigüedad y son pobres. Por el contrario hay países como Australia y Nueva Zelanda que hasta hace poco más de 150 años eran desconocidos y hoy son países desarrollados y ricos. La diferencia entre países pobres y ricos tampoco está en los recursos naturales de que disponen. Así Japón tiene un territorio muy pequeño y montañoso que no sirve para la agricultura ni la ganadería y sin embargo es la segunda potencia económica mundial. Su territorio es como una gran fábrica flotante que importa materia prima de todo el mundo, la procesa y el producto resultante es exportado también a todo el mundo acumulando riqueza. También tenemos el caso de Suiza, sin océanos, que tiene una de las mayores flotas náuticas del mundo. Que no tiene cacao, pero sí el mejor chocolate del mundo. Que en sus pocos kilómetros cuadrados cría ovejas y cultiva el suelo solo cuatro meses al año ya que en los restantes es invierno. Que tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa. Al igual que Japón no tiene productos naturales pero da y exporta servicios con calidad muy difícil de superar. Otro país pequeño cuya seguridad, orden y trabajo, lo convirtieron en la “caja fuerte” del mundo. Tampoco es la inteligencia de las personas la que hace la diferencia. Y así lo demuestran estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y consiguen resultados excelentes en su educación. Otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fábricas y al hablar con ellos nos damos cuenta que no hay diferencia intelectual. Finalmente tampoco podemos decir que la raza hace la diferencia. En los países centro-europeos o nórdicos podemos ver cómo los “ociosos” (latinos o africanos) demuestran ser la fuerza productiva de esos países. Entonces… ¿qué hace la diferencia? LA ACTITUD DE LAS PERSONAS HACE LA DIFERENCIA. Al estudiar la conducta de las personas en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población cumple las siguientes reglas (cuyo orden puede ser discutido):
1• Lo ético como principio básico.
2• El orden y la limpieza.
3• La integridad.
4• La puntualidad.
5• La responsabilidad.
6• El deseo de superación.
7• El respeto a las leyes y los reglamentos.
8• El respeto por el derecho de los demás.
9• Amor al trabajo.
10• Esfuerzo, compromiso y participación ciudadana.-


¿Necesitamos hacer más leyes? ¿No sería suficiente cumplir y hacer cumplir estas 10 simples reglas? En los países pobres sólo una mínima (casi ninguna) parte de la población sigue estas reglas en su vida diaria. No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros. Simplemente somos pobres por Nuestra Actitud. Nos falta carácter para cumplir estas premisas básicas del funcionamiento de la sociedad.

24.6.10

LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Y EL APRENDIZAJE


La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos. En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos....." Quizá se supriman algunos... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas. Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios. ¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios. A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco. Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros. Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio. Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro. Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa. Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente. Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno. No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable. ¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera! El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto. Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente. Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea. Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc. Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes. Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba. Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida. De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda. Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo. "Aprenda a tocar la flauta en 100 años"."Aprenda a vivir durante toda la vida". "Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".

22.6.10

DIOS SIEMPRE LLEGA EN EL MOMENTO JUSTO
Todos los Domingos por la tarde, después del servicio mañanero en la iglesia, el Pastor y su hijo de 11 años iban al pueblo a repartir volantes a cada persona que veían. Este Domingo en particular, cuando llegó la hora de ir al pueblo a repartir los volantes, el tiempo estaba muy frío y comenzó a lloviznar. El niño se puso su ropa para el frío y le dijo a su padre, 'OK, papá, estoy listo'.
 

Su papá, el Pastor, le dijo, 'Listo para qué?'

'Papá, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes.'
 

El papá respondió, 'Hijo, esta muy frío afuera y está lloviznando.'

El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, 'Pero Papá, la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.'    
 

El Papá contestó , 'Hijo yo no voy a ir afuera con este tiempo.'

Con desespero, el niño dijo, 'Papá, puedo ir yo solo? Por favor?

Su padre titubeó por un momento y luego dijo, 'Hijo, abrígate bien tú puedes ir. Aquí tienes los volantes, ten cuidado.'
'Gracias papá!'

Y con esto, el hijo se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.

Después de 2 horas caminando bajo la lluvia, con frío y su último volante, se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien darle el volante, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces él se viró hacia la primera casa que vio,  caminó hasta la puerta del frente, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió.
 
Finalmente el niño se volteó para irse, pero algo lo detuvo. El niño se volteó nuevamente hacia la puerta y comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.
 
Salió una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó, 'Qué puedo hacer por ti, hijo.'

Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo, 'Señora, lo siento si la molesté, pero sólo quiero decirle que *DIOS
REALMENTE LA AMA * y vine para darle mi último volante, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR. El niño le dio el volante y se fue.

Ella solo  dijo, 'GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga.'
 
Bien, el siguiente domingo por la mañana el pastor estaba en el púlpito y cuando comenzó el servicio preguntó, 'Alguien tiene un testimonio ó algo que quiera compartir?.

Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:

'Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, incluso todavía el domingo pasado no era Cristiana. Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un dia particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón; ese día llegué al final del camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir. Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello. Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el sonido
fuerte del timbre de la puerta. Entonces pensé, 'Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá'.

Yo esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y luego la persona  comenzó a golpear la puerta con fuerza. Entonces me pregunté, QUIEN PODRÁ SER? Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme! Solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.

Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto. Su sonrisa, ohhh, nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de querubín , 'SEÑORA , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.'

'Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí cada palabra del volante. Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga. Ya no las necesitaría más. Como ven ---- ahora soy una hija feliz del REY. Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, yo vine personalmente decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.'
Todos lloraban en la iglesia.  El Pastor bajó del pulpito hasta la primera banca del frente, donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó a su hijo en sus brazos y lloró incontrolablemente.


Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más glorioso.
 

Dios bendiga tus ojos por leer este mensaje. No permitas que este mensaje muera de frío; después de leerlo, pásalo a otros.

Recuerda, el mensaje de DIOS puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien cerca de ti.


19.6.10


¡¡¡DESPIERTA PAPÁ DESPIERTA!!!

Parece que los padres estamos fallando en el proceso de separación, individualidad y ayuda a los hijos a crear su propia independencia. A eso se le podría llamar “complejo de papá gallina”.
Es curioso, lo que pasa es que confundimos lo que es el amor y nos dedicamos a hacer felices a nuestros hijos, a cumplirles sus caprichos, a resolverles la vida y no pensamos en prepararlos para una vida dura, así que nuestros hijos nunca aprenderán a ganarse la vida y a ser autosuficientes. A eso se le llama hacerlos “dependientes e inútiles”.
Cada día los hijos pretextan su ayuda en las labores del hogar alegando que su única responsabilidad es el estudio, pero lo demás depende totalmente de sus padres. A eso se le llama ser “mantenido”.
En aras de una felicidad mal entendida queremos llenarlos de cosas materiales, se les compra la mejor ropa o las zapatillas más caras, estudian en escuelas privadas, dinero para las discotecas, dinero para sus gastos, un auto si es posible, sin mencionar otros “compromisos económicos que ellos hacen”; los cuales no se ganan y lo más grave ellos piensan que es tu obligación. A eso se le llama “comodidad”.
Te sacrificas en todos los sentidos para que tus hijos tengan lo mejor y nunca les quedas bien y lo que recibes por parte de ellos es: “exigencias y egoísmo”.
Les hemos dado tanto, que se creen “merecedores de todo”. No te piden… “Te exigen”.
Les hemos dado tanta atención que se sienten el centro del universo, cargados de egoísmo creen que el mundo debe de girar a su alrededor y que lo único valioso, importante y primordial, son ellos.
No les hacemos conciencia de su papel como individuos responsables.
Si yo como padre cumplo con el compromiso de cubrir sus necesidades personales, de salud y escolares... Ellos tienen que cumplir con el compromiso de sacar buenas calificaciones y colaborar en el hogar.
¿Qué está pasando con las nuevas generaciones?

Si miramos un poco hacia atrás y revisamos los años lejanos o cercanos a nuestra juventud, todo era muy diferente. No tenías teléfono celular… y no pasaba nada. No tenías computadora… y eras feliz. Te conformabas con la ropa que te podían comprar y no por eso te sentías diferente ni descalificado por no usar la marca X ó Z. Si te llamaban la atención, te negaban un permiso o te daban un coscorrón, de ninguna manera le faltabas el respeto a tu papá, ni mucho menos lo amenazabas. Si ibas a una fiesta o reunión, te comprometías a regresar a una hora determinada, que tenías que cumplir te gustara o no, de lo contrario no había permiso para la siguiente. Y eso no era motivo para emitir gritos, pataleos ni golpes a la puerta, chantajes o tener durante una semana sonrisas fingidas o caras molestas. En ese tiempo existía un valor muy importante que nos enseñaron desde pequeños, se llamaba: “Respeto”. Ahora no se conoce, no existe, no sabemos en qué lugar estará o detrás de que mueble lo escondimos para que nuestros hijos no lo encuentren y mucho menos lo practiquen. Había valores que eran preponderantes: uno era el orden, el otro la disciplina y otro la obediencia. Hoy en día, algunos padres “no ayudan a la tarea”, si no que “la hacen completa”, y habiendo tanto libro e información a la mano, además te la buscan, lo único que les falta es ir a presentar el examen en el salón de clase. Y todo este circo para que el chico no haga berrinche y no sufra una deshidratación a causa de sus lágrimas y lo más triste... “para mantener la paz social en el hogar”, donde la solvencia y la autoridad de los padres hace mucho tiempo no existen.

Y qué decimos del hogar, donde para evitar conflictos y discusiones, como ya no funciona aquel estribillo de: Jorgito a la una, Jorgito a las 2, Jorgito a las dos y cuarto como si fuéramos reloj.
O el clásico "voy a contar hasta diez“ va una, van dos...Nos convertimos en el cómplice de nuestros hijos.Eso sí, con la boca callada para no caerles pesados y molestos con tanto blablabla, y no les permitimos a nuestros niños que se desgasten ni siquiera levantando lo que ellos mismos desparraman.
Total para qué (pensamos), ellos por qué, si no tienen culpa alguna de mis problemas, ellos no pidieron nacer.
En aquellos tiempos no te sobreprotegían, ni te solucionaban los problemas, tenías libertad hasta para cometer errores, lo cual te llevó a desarrollar un sentido de responsabilidad y de identidad. Eso se llama “crecer”. Dentro de este proceso de crecimiento no estaban exentos un coscorrón, un cinturonazo o una que otra nalgada bien puesta, mismas que a nadie le ocasionó ningún trauma, por tratar de que obedecieras.
En aquellos tiempos la voz de tu padre se escuchaba con respeto, las órdenes de mamá se acataban sin protestar y los consejos de ellos no eran catalogados como cantaletas, rollos o monsergas.
Ni le decías a tu papá “Callate“, o el famoso “Huy, sí, tenés razón! Basta!”
En aquellos tiempos los padres ponían los límites, las reglas y las condiciones y no tenían miedo de que el hijo o la hija les dijeran: “Es que no me entendés”, “la onda es diferente”, “no me dejan ser”, “no te metas”, “de que hablás”, o el típico "me voy de la casa".
¿Donde ibas a ir que te trataran mejor que en tu casa?
En aquellos tiempos los padres no tenían miedo de llamarte la atención y "que te enojaras". Total que tenías dos cosas: enojarte y desenojarte.
En aquellos tiempos si no querías comer, te quedabas con hambre, porque no te daban dinero para comprar porquerías en el kiosco de la esquina. Además para qué, si la mamá se levantaba temprano a prepararte el desayuno o la vianda.
En aquellos tiempos tus padres no justificaban tus malas calificaciones, ni tu mal comportamiento en la escuela, ni la falta de respeto a los maestros, ni tu falta de colaboración y apoyo en tu casa. En aquellos tiempos el padre decía no. Y no, quería decir NO.
En aquellos tiempos la figura paterna era muy diferente a la actual, en aquellos tiempos el amor, el respeto y la consideración… No daban cabida a los actuales calificativos: Mi papá está loco, ya está chocho, es un egoísta, está neurótico, es un frustrado, y quien sabe cuántos calificativos más. Estas palabras me causan una gran pena, no sé si dan más pena por quien los emite o por quien los recibe.
¿Qué vamos a hacer con los hijos de hoy?:
Egoístas, aprovechados, dependientes, irresponsables, irrespetuosos, groseros, estafadores económicos y emocionales. Si no les das dinero, inventan y te lo sacan o si pueden te lo roban, o de plano se enojan, si no les das permiso de salir, se enojan o no les importa nada y salen igual, si los reprendes te responden y no te escuchan, si tratas de buscarlos, te apagan el celular, si sacan malas calificaciones, no les importa, total su papá es el que paga. Enséñales a ganar su propio dinero con honestidad, para que sepan lo que cuesta administrarlo y disfrutarlo. Enséñales a valorar la oportunidad del estudio, no todas las personas tienen el privilegio de prepararse, tener una profesión y formar un plan de vida equilibrado. Enséñales a respetar a sus semejantes para que cuando tengan su pareja la sepan cultivar y procurar. La igualdad entre hombres y mujeres no es faltarse al respeto, ni tener jerarquías ventajosas. Enséñales a formar su escala de valores que los harán seres humanos de bien, útiles a su familia y a la sociedad. Hazles tomar conciencia que los valores no han pasado de moda, ni son piezas de museo. Enséñales a quererse a sí mismos para que cuando tengan sus hijos, los amen y eduquen. Para que tengan credibilidad en la relación de pareja.

Piensa…
¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo?
¡DESPiERTA PAPÁ!, ¡DESPiERTA! Vamos a ponernos las pilas, hagamos de nuestra escala de valores un estandarte, para que nuestros hijos aprendan lo que es el respeto, el compromiso, la honestidad, la humildad, la cortesía, la prudencia, la generosidad, el agradecimiento; y la nobleza de corazón… Que los harán unos seres humanos de excelencia. DESPUÉS DE TODO NO ES TAN DIFÍCIL… PRUEBA Y VERÁS.

14.6.10

Que manera de llover!!! Este dia lluvioso trajo a mi memoria el viejo dicho que dice: " A mal tiempo buena cara" y tiene mucho de cierto, por que el hecho de que los tiempos sean buenos o malos, que te traigan malas o buenas vivencias, penas o alegrias, por lo general no depende de ti. "El mal tiempo" es una realidad q...ue te sucede, "algo que te pasa". Pero la "cara", el animo con que lo encaras, eso sí depende de tí. Tú no puedes elegir o desidir que llueva o no, pero sí puedes elegir libremente dejarte mojar o cubrirte, recibir la lluvia con el rostro cargado de bronca y tristeza o sonriente y feliz...Tú no puedes evitar muchas circunstancias dolorosas en el camino de la vida. Pero puedes elegir con tu libertad el modo, de como sufrir lo inevitable, podes hacerlo desesperanzado, triste y abatido o con entereza, buen animo y esperanzado. O sea mis amigos que estoy convencido que este dicho es tan viejo como recomendable "AL MAL TIEMPO...BUENA CARA".-

1.6.10

                                                                     ¡¡¡MI RENUNCIA!!!
Por medio de la presente presento mi renuncia a ser adulto.
He decidido aceptar la responsabilidad de tener 6 años nuevamente.
Quiero ir a McDonald's y pensar que es un restaurante 5 estrellas.
Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua. para poder valorar lo sencillo otra vez.
Quiero pensar en que los dulces y los amigos son mejor que el dinero.
Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme como luce mi cabeza o mi ropa.
Quiero regresar a mi casa a una comida casera y que alguien que me pregunte como te fue y me diga que me quiere mucho.
Quiero tomar largos baños y dormir 10 horas todas las noches.
Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.
Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjuagar mis lagrimas en sus hombros y pensar que son para siempre.
Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple.
Cuando todo lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas: y eso no me molestaba, porque no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.
Con todo lo que sabía era feliz, porque no sabía las cosas que preocupan y lastiman el corazón.
Quiero pensar que el mundo es justo, que todas las personas son honestas y buenas, que no hay envidias.
Quiero pensar que todo es posible. En algún lugar de mi juventud maduré, y aprendí demasiado.
Aprendí como la gente no ama a Dios, como no saben querer ni amar, como destruyen con la boca, como la envidia los rodea y los hace desear el mal.
Aprendí sobre mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, enfermedad, dolor y la muerte.
Aprendí como el dinero puede destruir a una familia y como el sexo lo usan como un medio para conseguir lo que quieren.
Qué paso con el tiempo en que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi mascota.
Cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota de jugar o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.
Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme levemente con las pequeñas cosas una vez mas.
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.
Caminaría de nuevo en la playa pensando solo con la arena entre los dedos de mis pies y los caracoles mas bonitos que pudiera encontrar.
No me preocupaba por el tiempo, las deudas, sólo pensaba en que iba a ser cuando fuera grande, sin la preocupación de lograrlo o no.
Quiero vivir simple nuevamente.
No quiero que mis días sean de computadoras y de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes de materialismo y envidias.
No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.
No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y perdida de seres queridos.
Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.
Quiero volver a mis 6 años. Espero que cada uno de nosotros pueda vivir un poco de ese niño que llevamos dentro, y no nos dejemos arrastrar por la sociedad podrida que nos rodea, y poder aprender y valorar lo sencillo y lo bueno que nos rodea.....