MUCHO MAS QUE AMIGO, SOY PADRE DE MIS HIJOS..

“A menudo podemos oír frases como: Yo soy amigo/a de mis hijos...me cuentan todo...salimos juntos...etcétera. En realidad, aunque uno sea amigo de los hijos, la relación principal y la responsabilidad fundamental es la de la paternidad. No podemos renunciar a esta realidad y ley de vida, incluso nuestros hijos necesitan y reclaman padres y los modelos de conducta, de ejemplaridad, de seguridad y autoridad que de ellos surgen. Amigos tendrán muchos, pero padres no. El amigo te acepta con tus defectos y errores los padres tienen la misión de prepararte para que no los cometas o corregirlos en especial aquellos que te pueden lastimar o producir un daño a futuro. Así, la supuesta amistad se debe tomar únicamente como una manera de ejercer la paternidad con un valor o toque añadido.

Si mi hijo o tu hijo elige mal una película o un viaje, puedo darle mi opinión pero la decisión es de ellos y allá ellos, nada trascendente sucederá…Si los veo elegir en términos de caída de autodaño para el futuro, de peligro hacia consecuencias mayores, es mi deber de padre intervenir. Ese es mi amor. Esa es mi lucha. Sea frente a la cerveza embriagadora tomada a raudales, o sea frente a pésimas compañías, o sea frente a un abandono de estudios o materias. Conozco centenares de casos, queridos padres, de colegas nuestros que se dejaron llevar por la permisividad y el abandono con el pretexto o la ideología de que: son chicos, hay que entenderlos…Y bueno si quiere descansar un año, que descanse, que no valla al colegio, total tendrá toda una vida por delante…Es su vida y debemos respetar sus elecciones….Que crezca, que madure, ya se dará cuenta solo, hay que darles tiempo, etc. etc. etc. Estas frases de aparente tono humanista, son evasivas, elusivas. Eluden la responsabilidad. Serán muy finas, pero terminan lavando las manos de los que no están dispuestos a humedecerlas o implicarlas en el devenir de la vida…Queridos padres no es éste el camino para ser padres queridos. Se lo intentó, lo sé, y ustedes bien lo saben, y no nos está yendo bien. Y no son los hijos los que fallaron, por cierto. A ellos los hacemos nosotros. Y el lavado de manos es universal, y por tanto también el llanto por tanto hijo perdido es hoy universal.

Que crezcan libremente, SÍ…Que caigan y se destrocen libremente, NO”.-