En mi vida sigo alternando mi
espacio-tiempo entre mis obligaciones a la que tengo que responder y acatar reglas preestablecidas, y el
personal e intimo donde me siento totalmente libre y responsable de pensar lo
que pienso, de escuchar lo que escucho, decir lo que digo, hacer lo que hago y
sentir lo que siento, es donde soy yo y solo yo, en toda mi dimensión, con
defectos y virtudes como cada uno de los que habitamos este mundo. Y ahí voy, tratando
de seguirle el ritmo a la vida, en el dar y el tomar, la luz y la sombra, el
bien y el mal que son el arte de vivir…Me siento acompañado, cuidado y tambièn
controlado, por esos dos ángeles que son mi madre y mi abuela que danzan
alrededor del gran maestro que es Dios…
Creo que si fuéramos capaces de repasar y
analizar los momentos mas importantes de
nuestras vidas, tanto los buenos como los malos, nos daríamos cuenta que la mayoría
de ellos nada tienen que ver con lo material sino con lo sentimental, no con el
tener sino con el sentir, y a lo mejor si profundizamos el análisis, hasta tal
ves nos permitiría detener esta carrera loca del buscar la felicidad a través
del tener mas, incluso hoy ya no nos alcanza con tener mas en lo personal sino
que para sentirnos bien debemos tener mas que el hermano, que el vecino, que el
amigo, el compañero de trabajo etc…
Suelo encontrarme seguido gracias a Dios con
uno de esos pequeños momentos que tanto valoro, ya que disfruto y mucho del
inmenso placer de sentirme parte de esa maravillosa postal conformada por el
mar, la playa, la paz, esa paz ni siquiera interrumpida por el romper de las
olas, ya que el mar se transforma en una monumental pileta, una postal
acorde a ese paradisiaco lugar llamado Reta, y como si
esto fuera poco, sin la gran muchedumbre de gente del verano colmando la playa,
solo algún pescador a lo lejos, (como mas me agrada, aunque sea un pensamiento
tal ves demasiado egoísta) por lo tanto es como que todo hubiese estado
preparado para mi solo… Es disfrutar de un maravilloso momento gratis, sin gastar
un solo mango, gozar de ese minuto que te regala el presente, que le cierra las
puertas a las tormentas del pasado, y a lo incierto del futuro…
A esta altura he entendido que no sirve
de mucho andar buscando los sentidos de la vida, ni descifrar los misteriosos
arcones de la eternidad, me basta y sobra con el disfrutar cada uno de los buenos momentos que Dios me regala
en el presente, y que no pienso dejarlos
pasar por distraerme con tormentas del pasado, o en querer ver mucho mas allá
del hoy…
No quisiera repetir la experiencia de
Borges que lo savia todo, pero lo olvidó, y por eso tuvo que escribir: “he
cometido el peor de los pecados…no fui feliz”…..